Fortaleciendo el emprendimiento rural en Chile: aprendizajes de la evaluación del programa Trafkintunkim

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Felipe Scaccabarrozzi
Martin Valdivia
Rural entrepreneurs selling their products
Photo credit: Isabel Cartes, Balloon Latam

En las zonas rurales de Chile, los microemprendimientos enfrentan desafíos particulares a la hora de constituirse como negocios sostenibles. El programa Trafkintunkim de Balloon Latam se diseñó para abordar estos desafíos, fortaleciendo redes comerciales y sociales capaces de generar y aprovechar oportunidades económicas ambientalmente sostenibles. Es decir, busca promover un emprendimiento de triple impacto: económico, social y ambiental. 

A partir de una reciente evaluación aleatorizada de impacto realizada en colaboración con Balloon LatamFundación MCJ-PAL LAC, el académico Martín Valdivia (GRADE) analiza el impacto del programa y las lecciones que ofrece para futuras iniciativas. 

Trafkintunkim: Un programa de emprendimiento con enfoque integral

Trafkintunkimun, que significa “Intercambio de saberes” en mapudungun, la lengua de uno de los pueblos indígenas más numerosos de Chile, es un programa de emprendimiento orientado a fortalecer las capacidades empresariales de emprendedores rurales en el país. Más allá de entregar conocimientos básicos de gestión, el programa impulsa el desarrollo de habilidades interpersonales y la creación de una comunidad de emprendimiento, al mismo tiempo que motiva a los participantes a desarrollar iniciativas con impacto económico, social y ambiental.

El programa se estructura en dos etapas:

  • Etapa 1: Se centra en el diseño de modelos de negocio y en el desarrollo de habilidades personales.
  • Etapa 2: Ofrece formación avanzada en sostenibilidad y la consolidación de redes de emprendedores.

La evaluación, liderada por Martín Valdivia, asignó aleatoriamente a los emprendedores rurales a tres grupos: recibir las dos etapas del programa, recibir solo la primera etapa o no recibir ninguna de las dos (grupo de comparación). Así fue posible medir los efectos del programa en las prácticas y el desempeño de los negocios, el bienestar económico de los hogares, la participación comunitaria y la conciencia ambiental.

¿Qué nos reveló la evaluación?

Los resultados ofrecen una mirada matizada sobre el impacto del programa en tres dimensiones clave: el desempeño de los negocios, el bienestar de los hogares y la participación en la comunidad.

En términos de resultados empresariales, los participantes mostraron avances alentadores en el corto plazo. En promedio, los emprendedores rurales adoptaron mejores prácticas de marketing, gestión de inventario y uso de plataformas digitales para promocionar y administrar sus negocios. Sin embargo, estos cambios no se tradujeron en aumentos significativos en ventas o utilidades, y el impulso inicial en la adopción de las prácticas recomendadas no se sostuvo. En el mediano plazo, estos avances se habían desvanecido, lo que abre interrogantes sobre cómo mantener los efectos en el tiempo.

A nivel de los hogares, la historia fue la contraria. Aunque no se observaron incrementos inmediatos en el ingreso del hogar tras el programa, en el mediano plazo los investigadores detectaron un cambio positivo: el ingreso mensual del hogar aumentó en torno a US$92, es decir, cerca de un 15 por ciento.

Llama la atención que este aumento de ingresos no provino directamente de los negocios apoyados por el programa, sino de actividades económicas que otros miembros del hogar desarrollan de manera independiente. Esto sugiere que el programa podría haber influido de forma indirecta en la dinámica intrafamiliar. A la vez, los hogares reportaron mayores niveles de ahorro, aunque sus patrones de consumo se mantuvieron en gran medida sin cambios.

En cuanto a los efectos comunitarios y ambientales, el programa no logró generar cambios. Pese a su énfasis en fortalecer los lazos comunitarios y promover la conciencia ambiental, la evaluación no encontró mejoras sostenidas en estas dimensiones. Esto evidencia el desafío de incorporar transformaciones culturales y ecológicas más profundas a través de programas de capacitación de corta duración, especialmente en contextos donde estos valores ya pueden estar bajo presión.
 

Resultados distintos para distintas poblaciones

El equipo de investigación también analizó si existían efectos diferenciados para ciertos grupos. Encontraron que las emprendedoras mujeres tuvieron mejoras de corto plazo más marcadas en sus negocios: las ventas aumentaron en alrededor de US$84 (45 por ciento) y las utilidades en cerca de US$41 (43 por ciento), asociadas a la adopción de mejores prácticas de gestión. Los hogares de estas emprendedoras también registraron mayores aumentos de ingreso en el mediano plazo en comparación con los hogares de los participantes hombres.

Utilizando técnicas de machine learning, el equipo identificó que los aumentos más importantes de ingreso en el mediano plazo se observaron en hogares de emprendedores con negocios más nuevos, mayores ventas y utilidades iniciales y habilidades blandas más desarrolladas.

Estos resultados sugieren que los hogares con una orientación emprendedora más fuerte, reflejada en negocios mejor posicionados desde el inicio, fueron quienes más se beneficiaron, aun cuando su ingreso inicial era similar al del resto. Además, el análisis muestra que las empresas de mayor tamaño obtuvieron mayores incrementos en ventas y utilidades, lo que indica que la intervención tendió a amplificar brechas preexistentes. Al mismo tiempo, se observan beneficios más altos para los participantes que mostraban actitudes emprendedoras más marcadas, como mayor agencia personal o perseverancia. Esto subraya la relevancia de considerar rasgos de personalidad medibles al definir la estrategia de focalización de este tipo de programas.

La evaluación también examinó el impacto de recibir solo la primera etapa del programa —la capacitación central en gestión de negocios y las actividades iniciales de networking— sin la formación más orientada a comunidad y sostenibilidad ni las oportunidades adicionales de redes de la segunda etapa. En este caso, no se encontraron efectos significativos en ninguna de las dimensiones analizadas. 

Sin embargo, el equipo concluye que esta ausencia de impactos no se explica solo por entregar únicamente la Etapa 1. Aunque el diseño original buscaba que los dos grupos fueran lo más comparables posible, restricciones logísticas afectaron la implementación. Los grupos fueron capacitados en años distintos: mientras el grupo asignado al programa completo comenzó casi de inmediato, quienes quedaron en solo Etapa 1 fueron invitados a participar un año después del reclutamiento. Durante ese año adicional pudieron cambiar factores como la motivación, la participación y el entorno de formación, lo que es consistente con las menores tasas de participación observadas en este segundo grupo.

Además, el hecho de implementar las dos etapas a lo largo de dos años generó tiempos de espera muy prolongados: la Etapa 2 tuvo lugar aproximadamente un año después de la Etapa 1, lo que también se reflejó en una participación mucho menor en esa segunda etapa.

Aprendizajes clave

La evaluación muestra algunos efectos de corto plazo, pero no encuentra impactos sostenidos en el mediano plazo. Este patrón, que es común en programas de emprendimiento, refuerza la necesidad de probar nuevos mecanismos que ayuden a adaptarse continuamente a contextos de negocio cambiantes y a sostener las mejoras en el tiempo. En este escenario, las habilidades socioemocionales aparecen como un área especialmente prometedora para el diseño de futuros programas.

La literatura reciente ha avanzado en buenas prácticas para desarrollar estas habilidades en programas de emprendimiento, lo que abre una oportunidad para fortalecer las intervenciones dirigidas a emprendedores rurales. Incorporar estos enfoques podría traducirse en resultados empresariales más duraderos y en beneficios más amplios para los hogares y las comunidades.

La observación de que los efectos de corto plazo en los negocios apoyados se transformen, en el mediano plazo, en mejoras en iniciativas de autoempleo de otros miembros del hogar refuerza la importancia de analizar con mayor detalle la dinámica intrafamiliar, en particular en el caso de las emprendedoras mujeres. Comprender estos patrones puede ayudar a mostrar cómo los roles de género tradicionales influyen en la distribución de las ganancias del emprendimiento dentro del hogar.

El camino hacia un emprendimiento rural verdaderamente sostenible es complejo, pero con investigación más profunda, evaluaciones aleatorizadas de impacto y una innovación cuidadosa, es posible diseñar programas que no solo detonen cambios, sino que también contribuyan a que esos cambios perduren en el tiempo.

Authored By

  • Maria Monge

    María Paz Monge

    Senior Policy and Communications Manager, J-PAL Latinoamérica y el Caribe

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