El impacto de una mayor escolaridad en el consumo juvenil de tabaco y alcohol en República Dominicana

Investigadores/as:
Trabajo de campo:
Ubicación:
República Dominicana
Muestra:
2,250 jóvenes hombres de octavo grado
Línea de tiempo:
2001 - 2005
Grupo objetivo:
  • Men and boys
Resultado de interés:
  • Alcohol, tobacco, and drug use
  • Enrollment and attendance
Tipo de intervención:
  • Information
  • Social networks
Socios Implementadores:

El consumo de tabaco y el de alcohol son dos de los factores de riesgo que mayor incidencia tienen en la mortalidad temprana, correspondiendo a aproximadamente 14 por ciento de las muertes de jóvenes a nivel mundial. En República Dominicana, los investigadores estudiaron el efecto de una mayor escolaridad y menor trabajo en las conductas de consumo de tabaco y alcohol entre hombres adolescentes en edad para asistir a la escuela secundaria. Los jóvenes con mayor escolaridad fueron considerablemente menos proclives a fumar a los 18 años, y comenzaron a beber más tarde, aunque a los 18 bebían tanto como los jóvenes con menos escolaridad.

Problema de política pública

El consumo de tabaco y el de alcohol son dos de los factores de riesgo que tienen mayor incidencia en la mortalidad temprana, correspondiendo aproximadamente a un 14 por ciento de las muertes de jóvenes a nivel mundial. La mayoría de los individuos prueba bebidas alcohólicas por primera vez durante sus primeros años de adolescencia, y la mayoría de los fumadores adultos comienza a fumar antes de los 18. Los estudios anteriores han demostrado que los individuos con mayor educación muestran una menor tendencia a fumar o beber alcohol en exceso; sin embargo, pocos han explorado por qué mayor escolaridad y menos trabajo afectan conductas de salud, tales como el consumo de tabaco y  alcohol. Los jóvenes con mayor escolaridad pueden presentar una menor tendencia a fumar o beber alcohol debido a que ésta podría generar una mayor conciencia acerca de los riesgos de fumar y beber. Otras explicaciones posibles podrían ser que los jóvenes con mayor escolaridad pasan más tiempo con compañeros que son menos proclives a fumar o beber en comparación con los jóvenes que trabajan, además de que disponen de menos dinero para gastar en cigarrillos o alcohol. Es importante comprender si acaso y por qué una mayor escolaridad y menos trabajo pueden llevar a conductas más saludables, antes de promover a la educación con base en sus beneficios en la salud.

Contexto de la evaluación

La evidencia reciente sugiere que el consumo de tabaco y alcohol puede impedir el desarrollo del cerebro del adolescente, además de aumentar los riesgos al corazón y al pulmón, así como a otras enfermedades crónicas. El solo hecho de retrasar el comienzo del consumo de tabaco y alcohol puede reducir sus consecuencias en la salud. En República Dominicana, 4,3 por ciento de los jóvenes entre 15 y 19 años consume productos de tabaco, y cerca de un 72 por ciento de estos corresponde a hombres adolescentes. En este estudio, 13 por ciento de los hombres jóvenes encuestados indicó ya fumar a la edad de 18. Entre los adolescentes, el consumo de alcohol es más extenso: 61 por ciento de los hombres en este estudio indicó que ya había consumido alcohol a los 14. La edad legal para el consumo de alcohol en República Dominicana es de 18 años.2

Este estudio se basa en una evaluación donde se puso a prueba el impacto que genera entregar a jóvenes de secundaria información acerca de los salarios más altos que ganan aquellos que cuentan con más años de educación. Por ejemplo, se les indicó a los jóvenes que "los trabajadores que terminan la escuela secundaria ganan un 41 por ciento más que aquellos que no, mientras que las personas que van a la universidad ganan cerca de un 85 por ciento más que aquellos que solo terminan la escuela primaria". Después de entregar esta información a un grupo seleccionado de hombres jóvenes de secundaria, los investigadores se dieron cuenta que los jóvenes que recibieron la información fueron un 4 por ciento más proclives a volver a la escuela al siguiente año. También completaron 0,2 años más de escuela en promedio que los jóvenes que no recibieron esta información.

Photo: Shutterstock.com

Detalles de la intervención

Los investigadores analizaron los efectos de una mayor escolaridad y de menos trabajo en las conductas de consumo de tabaco y de alcohol entre hombres jóvenes en edad de asistir a la secundaria. Los investigadores llevaron a cabo una encuesta de línea de base con los 2.250 jóvenes en abril y mayo de 2001, y les entregaron a aquellos en el "grupo de tratamiento" información acerca de los ingresos promedio por nivel de educación al final de la encuesta.

Los investigadores realizaron dos encuestas de seguimiento a finales del 2001 y 2005 para evaluar los logros educacionales de los jóvenes, así como sus conductas de consumo de alcohol y tabaco. Se recolectaron datos sobre las cuatro posibles causas del consumo de tabaco y alcohol para examinar si:

i. Contar con un mayor ingreso disponible gracias al trabajo puede hacer que los jóvenes con escolaridad y más trabajo presenten una mayor tendencia a fumar o beber alcohol.

ii. Tener compañeros jóvenes con menor tendencia a consumir tabaco o alcohol puede hacer que los jóvenes que asisten a la escuela sean menos proclives a consumir cualquiera de estas sustancias, en comparación con aquellos que trabajan.

iii. Una mayor escolaridad puede hacer que los jóvenes estén más conscientes acerca de los efectos adversos a la salud del consumo de tabaco y de alcohol, y que esto vuelva menos probable el consumo de cualquiera de éstos.

iv. Una mayor escolaridad puede causar que los jóvenes sean más pacientes y tengan una mayor aversión al riesgo, así volviéndolos menos proclives a consumir tabaco o alcohol.

Resultados y lecciones de la política pública

Impactos en el consumo de tabaco: los adolescentes con mayor escolaridad tuvieron considerablemente menos tendencia a consumir tabaco antes de los 18 años. En promedio, los jóvenes con mayor escolaridad y menor experiencia laboral fueron 4 puntos porcentuales menos proclives a fumar a los 18. Los jóvenes con mayor escolaridad tuvieron menos dinero disponible y menos compañeros que consumían tabaco en comparación con los jóvenes que trabajaban más, lo que sugiere que tener dinero para comprar cigarrillos y compañeros que fuman pueden ser dos factores importantes para determinar la conducta de consumo de tabaco entre los jóvenes. Los autores no encuentran evidencia alguna de que la escolaridad haya vuelto a los jóvenes menos proclives a consumir tabaco al hacerlos más pacientes, adversos al riesgo o conscientes de los efectos perjudiciales del consumo de tabaco en la salud.

Impactos en el consumo de alcohol: los jóvenes que pasaron más tiempo en la escuela también presentaron una mayor tendencia a comenzar a beber alcohol a una edad más tardía. Durante la primera encuesta complementaria, cuando la edad promedio de los jóvenes era de 14 años, la fracción de los jóvenes que consumían alcohol diariamente era menos de 1 punto porcentual más baja entre los jóvenes con mayor escolaridad. El consumo de alcohol moderado también disminuyó en 2,8 puntos porcentuales para jóvenes de 14 con mayor escolaridad en comparación con sus pares con menos escolaridad. No obstante, la reducción en el consumo diario y moderado desaparece cuando los jóvenes llegan a los 18, lo que sugiere que más años de educación retrasan la edad en la cual los jóvenes comienzan a beber alcohol de forma intensiva, pero no previenen el consumo mismo.

Compañeros y conducta de consumo de alcohol: La conducta de los compañeros también fue un factor importante al momento de explicar qué tan temprano los jóvenes comenzaban a consumir alcohol. A los 14 años, los jóvenes con mayor escolaridad bebían menos e indicaban tener menos compañeros que bebían, lo que sugiere que abandonar la escuela para trabajar puede aumentar la probabilidad de un consumo de alcohol regular debido a la presencia de pares mayores que beben. A los 18 años, tanto los jóvenes con más escolaridad como aquellos con menos indicaron que una gran parte de sus pares bebían, lo que entrega mayor evidencia de que más escolaridad solo retrasa el inicio del consumo de alcohol. Los investigadores también encontraron que tener menos ingresos disponibles no disminuía el consumo de alcohol entre los jóvenes de 18 años con mayor escolaridad, lo que sugiere que menos dinero disponible no reduce el consumo para cuando los jóvenes llegan a la edad legal para beber alcohol. Nuevamente, los investigadores hallaron que más educación no hizo a los jóvenes menos proclives a beber por volverlos más pacientes, adversos al riesgo o conscientes sobre los efectos negativos del consumo de alcohol en la salud.

Jensen, Robert, and Adriana Lleras Muney. 2012. "Does Staying in School (and Not Working) Prevent Teen Smoking and Drinking?" Journal of Health Economics 31(2012): 644-657.
1.
USAID. (2007). "Dominican Republic 2007 DHS: Key Indicators for Youth, 1.10: Use of tobacco for youth aged 15-19." Accessed 5 July 2012. Stable URL: http://www.measuredhs.com/topics/Youth-Corner/dominican-republic-dhs-key...
2.
WHO. (2011). "Global Alcohol Report 2011: Dominican Republic." Accessed 5 July 2012. http://www.who.int/substance_abuse/publications/global_alcohol_report/pr....