El impacto de los incentivos financieros en la participación escolar en México

Investigadores/as:
Ana Santiago
Trabajo de campo:
Ubicación:
Mexico
Muestra:
506 comunidades rurales
Línea de tiempo:
1997 - 2011
Grupo objetivo:
  • Children
  • Students
  • Rural population
Resultado de interés:
  • Enrollment and attendance
Tipo de intervención:
  • Cash transfers
Número de registro del AEA RCT Registry:
https://www.socialscienceregistry.org/trials/1211
Socios Implementadores:

Los programas de transferencias monetarias condicionadas (TMC) se han convertido en la manera más popular de promover la matrícula escolar; sin embargo, existe preocupación de que los salarios por trabajo infantil puedan aumentar al aumentar la asistencia escolar de los niños y, por lo tanto, disminuir su oferta de trabajo en una comunidad. En México, investigadores evaluaron el impacto de PROGRESA, un programa nacional de TMC, en la matrícula escolar y el salario infantil. Las transferencias monetarias efectivamente incentivaron a los padres a matricular a sus hijos en la escuela, a pesar del hecho de que los salarios locales del trabajo infantil aumentaran después de la implementación el programa.

Problema de política pública

Aunque la mayoría de los gobiernos han eliminado las cuotas para la educación primaria y secundaria, las familias pueden enfrentar otros costos al mandar a sus hijos a la escuela. Muchos colegios requieren que los alumnos vistan con uniforme o tengan material escolar básico, y el costo de estos materiales puede impedir que las familias matriculen a sus hijos. Los niños y niñas que asisten a la escuela también disponen de menos tiempo para trabajar y ganar un salario que pueda ayudar económicamente a su familia. Los programas de transferencias monetarias condicionadas (TMC) se han convertido en una manera popular de promover la asistencia escolar, al otorgar a las familias dinero a cambio de que sus hijos asistan a la escuela un número mínimo de días al año. Sin embargo, siguen existiendo dudas acerca de los efectos secundarios de los programas TMC. Cuando los niños asisten a la escuela y la oferta de trabajo infantil disminuye en la comunidad, ¿aumentarán los sueldos pagados por el trabajo infantil? ¿Puede esto hacer menos probable que los padres manden a sus hijos a la escuela?

Contexto de la evaluación

En 1997, el gobierno mexicano implementó un programa nacional de TMC, llamado PROGRESA, con el fin de mejorar la nutrición, salud y educación de los niños en México. La transferencia monetaria entregada por PROGRESA es de dos tipos. El primero es un estipendio mensual fijo de 90 pesos (aproximadamente US$7) condicionado a que los miembros de la familia obtengan atención médica preventiva. El segundo tipo de transferencia es una beca educativa, la cual se otorga a familias con niños que estén empezando el tercer grado, a cambio de que los niños asistan a la escuela un mínimo del 85 por ciento del tiempo, y no repitan un grado más de dos veces. El tamaño de la transferencia educativa aumenta de acuerdo con el año escolar del niño, y también es mayor para niñas, pues el gobierno quería incentivar, en particular, que las mujeres adolescentes no abandonaran la escuela. Las tasas varían entre 60 pesos por mes, para niños matriculados en el tercer grado, y 225 pesos por mes para mujeres matriculadas en el tercer año de secundaria.

Cold schoolgirl doing her homework
Cold schoolgirl doing her homework

Detalles de la intervención

Se utilizaron los datos del censo de 1997 para identificar, con base en su estatus socioeconómico, a las comunidades elegibles para recibir PROGRESA. Por razones administrativas y presupuestarias no era posible que todas las comunidades elegibles recibieran el programa de forma simultánea. En vez de ello, las comunidades ingresaron al programa por etapas a lo largo de un periodo de dos años. En 1998, de las 50.000 comunidades consideradas elegibles, 506 fueron seleccionadas para participar en la evaluación – 320 fueron asignadas al grupo de comparación y recibieron el programa dos años después. Los hogares incluidos en el grupo de tratamiento recibieron la transferencia monetaria de forma mensual, con la condición de que cumplieran con los requisitos de los componentes de educación y salud. Una vez inscritos en el programa, los hogares recibieron los beneficios por un mínimo de tres años. Al final de dicho periodo su elegibilidad fue evaluada de nuevo.

Además de la encuesta de línea base, se realizaron encuestas de seguimiento cada 6 meses entre noviembre de 1998 y abril de 2000 a todos los hogares ubicados dentro de las 506 comunidades que formaron parte de la evaluación. La encuesta de hogar cubría edad, género, educación, estado laboral actual, participación escolar y situación de salud. Además, la encuesta de hogar fue complementada por un cuestionario de localidad, el cual entregó información sobre los precios de diversos bienes y el sueldo agropecuario local.

Resultados y lecciones de la política pública

Los resultados sugieren que PROGRESA tiene un efecto positivo sobre la matrícula escolar en niños y niñas, especialmente después de la enseñanza primaria. Aunque el programa no tuvo un impacto significativo en la matrícula de los niños de 10 años, sí aumentó la matrícula de niños de 14 años en 14 puntos porcentuales. El impacto del programa se redujo posteriormente para niños mayores. No hubo impacto en la matrícula de los niños de 10 años porque casi todos los niños debajo del sexto grado ya asistían a la escuela. El impacto del programa aumentó con la edad de los niños de acuerdo con una tendencia ascendente de probabilidad de abandonar la escuela, hasta cerca de los 14 años, punto en el cual las transferencias dejaron de estar a disposición de las familias.

Si PROGRESA fue efectivo aumentando la participación escolar, entonces esto podría causar una reducción en la oferta laboral infantil dentro de las comunidades involucradas, lo cual, a su vez, podría resultar en un aumento de los salarios infantiles. Los resultados sugieren que el programa efectivamente aumentó el salario infantil en alrededor de 6 por ciento. Si las familias valoraran las transferencias monetarias y el ingreso laboral de la misma manera, entonces tal aumento en los salarios infantiles podría, de hecho, causar que los padres decidieran sacar a sus hijos de la escuela. Sin embargo, los resultados sugieren que las familias dan casi el doble de valor a la transferencia monetaria, que el que otorgan a ese posible ingreso laboral. En otras palabras, la transferencia monetaria tiene un impacto en la matrícula mayor del que tendría una reducción equivalente en el salario infantil.

En un intento por entender mejor el impacto de las transferencias monetarias en la matrícula escolar, los investigadores simularon diferentes variaciones de PROGRESA utilizando un modelo dinámico. Un programa simulado que aumenta el tamaño de la transferencia al hijo o hija que ya ha pasado el sexto grado y, al mismo tiempo, elimina la transferencia a aquellos niños que siguen en primaria, podría casi duplicar el impacto sobre la matrícula de niños mayores sin ningún costo adicional. Al mismo tiempo, este tipo de programa no afectaría la matrícula escolar de niños en primaria, ya que casi todos asistirían a la escuela hasta el sexto grado, incluso sin el tratamiento. El gobierno mexicano está llevando a cabo un piloto de esta variación al programa tradicional de PROGRESA.

Attanasio, Orazio, Costas Meghir, and Ana Santiago. 2011. "Education Choices in Mexico: Using a Structural Model and a Randomized Experiment to Evaluate PROGRESA." The Review of Economic Studies. 79(1): 37-66.