Educación financiera, Acceso a la financiación, y el Efecto de los Depósitos Bancarios en Indonesia

Investigadores/as:
Thomas Sampson
Bilal Zia
Trabajo de campo:
Ubicación:
Java, Indonesia
Muestra:
112 pueblos con 3,360 encuestados
Línea de tiempo:
2007 - 2007
Grupo objetivo:
  • Rural population
Resultado de interés:
  • Savings/deposits
  • Take-up of program/social service/healthy behavior
Tipo de intervención:
  • Financial literacy
  • Training
  • Monetary incentives
Número de registro del AEA RCT Registry:
AEARCTR-0000984
Socios Implementadores:

Problema de política pública

Particularmente para países de bajos ingresos, los factores determinantes de la demanda de servicios financieros no son muy bien entendidos. Una posible teoría sugiere que tener una educación financiera – conocimiento o entendimiento de los productos y servicios financieros – limitada, es una importante barrera a la demanda de servicios financieros en mercados emergentes: si los individuos no están familiarizados o cómodos con los productos financieros, es poco probable que los prueben o usen.

Existe bastante evidencia, basada en encuestas a hogares en países desarrollados, que demuestran una fuerte asociación entre educación financiera y bienestar. Los hogares con bajos conocimientos acerca de las finanzas, no tienden a planear su jubilación, obtienen préstamos a tasas de interés más altas, adquieren menos bienes, y participan mucho menos en el sistema de financiamiento formal, en comparación con sus contrapartes que tienen mayor conocimiento. Sin embargo, existe poca evidencia que indique si efectivamente existe una relación causal, y cómo específicamente un mejor entendimiento sobre los productos financieros puede mejorar la vida de las personas.

Contexto de la evaluación

En Indonesia, se cree que la educación financiera es una barrera al acceso al crédito. Esto puede ser explicado en parte por el bajo gasto en educación: medidos como proporción del PIB, el gasto en educación en Indonesia es el más bajo del mundo. Sin embargo, y en contraste con muchos países en desarrollo donde el acceso al crédito escaso, el sistema bancario de Indonesia tiene un alcance geográfico bastante amplio. Más aún, los bancos de Indonesia, tradicionalmente han ofrecido cuentas de ahorro incluso con depósitos muy bajos, diseñados para servir las necesidades de los clientes con bajos ingresos. El mínimo depósito necesario para abrir una cuenta de ahorros en el banco más grande de la nación, Bank Rakyat Indonesia (BRI), es de tan solo 53 centavos de dólares americanos, y los intereses se pagan cuando se tienen saldos mayores a US$1.06. Esto es importante, considerando que el ingreso per cápita en Indonesia es de aproximadamente US$1,918.  Aún así sólo el 41% de la población total y el 32% de la población rural de Indonesia tienen cuentas de ahorro formales.

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Benjamin Olken

Detalles de la intervención

En colaboración con el Banco Mundial, los investigadores llevaron a cabo una encuesta a  hogares en India e Indonesia para medir su educación financiera y su demanda por servicios financieros. La encuesta de acceso a servicios financieros fue seguida por un experimento de educación financiera, que sólo se realizó en Java, Indonesia, diseñado para probar directamente la función y la importancia relativa de la educación financiera y los precios en la determinación de la demanda de servicios bancarios. Todos los hogares identificados como “sin banca” en la encuesta recibieron una oferta para participar del experimento.

Los participantes del estudio fueron asignados aleatoriamente a un nivel de incentivo en efectivo, con un rango entre US$3 y US$14, para abrir una cuenta de ahorro dentro de los próximos dos meses. Para recibir el incentivo, cada hogar debía rellenar un formulario por correo, indicando el nombre del participante y el número de cuenta en el banco. Una vez recibido por correo, se les transfería el monto correspondiente de incentivo a la cuenta del encuestado.

Independiente del nivel de incentivos, los hogares eran además asignados al grupo tratamiento o comparación para el programa de formación financiera. Los hogares bajo tratamiento eran invitados a asistir a un programa de educación financiera que se llevaba a cabo en el pueblo. El contenido de las sesiones de formación fue desarrollado por Microfinance Innovation Center for Resources and Alternatives (MICRA), una organización que provee programas de consultoría y formación a bancos y organizaciones microfinancieras en Indonesia, con un plan de estudios específicamente diseñado para individuos que no eran clientes del banco. El diseño del estudio permitió una comparación directa entre el efecto de la educación financiera y la subvención de los precios.

Resultados y lecciones de la política pública

Los resultados de la encuesta son consistentes con los hallazgos de estudios anteriores, señalando una fuerte relación entre la educación financiera y los comportamientos bancarios. La educación  financiera es baja, especialmente en India.  El promedio de respuestas correctas en las primeras tres preguntas de la encuesta fue de 55% en Indonesia, y 38% en India. Esto se compara con un promedio de 65% para las mismas preguntas en Estados Unidos.

Sin embargo, los resultados del estudio indican que la educación financiera no tiene efecto sobre la probabilidad de abrir una cuenta de ahorros; aunque el impacto del programa sobre aquellos que tienen bajos niveles de educación y de educación financiera es de un 5.1% en la probabilidad de abrir una cuenta. Los subsidios, por otro lado, tienen grandes efectos, incrementando significativamente la proporción de hogares que abren una cuenta de ahorros en los dos meses siguientes dos meses. Específicamente, un incremento en el incentivo de US$3 a US$14, incrementa la proporción de hogares que abren una cuenta de ahorros de un 3.5% a un 12.7%, un incremento de casi el triple. Los incentivos en efectivo o reducciones de precios pueden, por tanto, representar una importante forma costo-efectiva para que los hogares se introduzcan en el sistema financiero; en este experimento, el costo de la educación financiera fue de aproximadamente US$17 por persona. En cambio, los esfuerzos por llevar la educación financiera a la población en general, con el fin de aumentar la inscripción a cuentas de ahorro puede ser relativamente inefectiva. Estos resultados sugieren que se requerirían más evaluaciones para justificar un incremento en el gasto realizado en educación financiera a nivel global.

Cole, Shawn, Thomas Sampson, and Bilal Zia. 2011. "Prices or Knowledge? What Drives Demand for Financial Services in Emerging Markets?" The Journal of Finance 66(6): 1844-67.